Borea, el hispano que se convirtió en el mejor gladiador del Imperio Romano de todos los tiempos

Su rol en los juegos no era otro que el de ‘provocator’, un tipo de gladiador que solía arrancar las tardes de combate en los anfiteatros

Borea, este es el nombre del hispano que se convirtió en el mejor gladiador del Imperio Romano de todos los tiempos. Un guerrero cuya historia de grandeza ha llegado hasta nuestros días a través de una tésera que se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional, la única encontrada en bronce, el material más noble para hacerlas, de las 107 que se conservan en la actualidad.

Las téseras se utilizaban en la antigüedad como contraseña, distinción honorífica, prenda de un pacto o sello de amistad para mostrar derechos reconocidos, prestaciones, permisos de paso, pastoreo y hasta contratos. También para ser entregadas a los gladiadores liberados por su gran carrera en la arena y haber superado todas las enseñanzas de su maestro, una placa, generalmente de huesos o madera, que les otorgaba acceso libre al anfiteatro y un lugar de honor en él, como era el caso de Borea en las gradas del anfiteatro de Ilipula, localizado en la actual localidad onubense de Niebla.

Borea, el mejor gladiador del Imperio Romano de todos los tiempos

Gracias a su tésera, la única realizada con el material más noble con el que se podían fabricar y que fue entregada por un lanista procedente de la actual localidad ourensana de Xinzo de Limia llamado Celer posiblemente en el año 64 d.C, se sabe que Borea era un gladiador natural de un pueblo cercano a la actual localidad leonesa de La Bañeza, que desarrolló su carrera en la arena durante el reinado del Emperador Nerón.

Su rol en los juegos, conocidos en la Antigua Roma como Ludi, no era otro que el de provocator, traducido del latín como provocador, un tipo de gladiador que solía arrancar las tardes de combate en los anfiteatros y a los cuales se les reconocía por su casco con dos viseras, un escudo rectangular alargado similar al de los legionarios romanos y una espada corta. También por contar con un protector tanto en el pecho como en ambas piernas y brazos y un amplio cinturón metálico.

El nombre de Borea también da pistas sobre el tipo de gladiador que era y su estilo de lucha, seguramente caracterizado por una gran rapidez y agilidad. De hecho, Bóreas es como se llama en latín al viento del norte, aunque en asturleonés Boria significa “niebla” y Boriada, “tormenta repentina”. De modo que, si se unen las palabras astures y latinas se puede decir que su nombre pudo derivarse de “aquel que surge entre la niebla y golpea de repente”.

Sea como fuere, Borea logró retirarse de la arena haciendo historia como uno de los gladiadores romanos más grandes de todos los tiempos, un espectáculo que fue abolido en el S. V debido a las prohibiciones de Teodosio y Honorio, pero eso es otra historia.

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