Tal día como hoy, el 14 de agosto de 1227, el Rey Fernando III de Castilla y el arzobispo Don Rodrigo de Rada colocaban la primera piedra de la Catedral de Toledo.

El primer arquitecto encargado de su construcción fue el maestro Martín. Arquitecto que siguió un modelo muy parecido a la catedral de Notre-Dame de París.

La Catedral de Toledo se construye sobre los restos de un templo muy importante durante la época visigoda que más tarde, con la llegada de los musulmanes a la península ibérica, se convirtió en una mezquita.

Tras la toma pacífica de la ciudad de Toledo por parte del Rey Alfonso VI el 6 de mayo de 1085 el edificio siguió utilizándose como lugar de culto musulmán. Así fue hasta que el 25 de octubre del año 1087 el arzobispo Bernardo con apoyo de la Reina Constanza envió gente armada para que se adueñara por la fuerza del templo. Tras hacerlo, la multitud colocó un altar provisional y una campana en la torre de la mezquita para, según la costumbre cristiana de la época, arrojar las suciedades de la ley de Mahoma.

Ante estos sucesos, el Rey Fernando III, que se encontraba en la localidad leonesa de Sahagún, montó en cólera y se dirigió presto a la ciudad del Tajo con la intención de castigar severamente a los culpables. Sin embargo, a 15 kilómetros de Toledo, en la pequeña aldea de Magán, un grupo de musulmanes quiso transmitir al Rey un mensaje de tolerancia en el que aceptaban como legítima la usurpación del templo. Como consecuencia de aquel suceso la mezquita de Toledo quedó consagrada y se convirtió en catedral cristiana.

142 años después se puso la primera piedra de la actual Catedral de Toledo. Un edificio gótico considerado como la Catedral Primada de España, es decir, el templo más importante de España. No es de extrañar si tenemos en cuenta que la Catedral de Toledo es, por dimensiones, la segunda catedral más grande de nuestro país siendo superada únicamente por la Catedral de Sevilla.