Tal día como hoy, el 14 de enero de 1514, el regente del Reino, Fernando ‘el Católico’, emitía mediante Real Cédula una ley que permitía el matrimonio entre sus súbditos y los indígenas del nuevo mundo.
Esta ley de matrimonios mixtos no solo confirmaba el carácter igualitario que los Reyes Católicos trataron de dar en el nuevo mundo, también cambió para siempre la conquista de América.
Fernando ‘el Católico’ utilizó expresamente el término “súbditos” ya que la ley de matrimonios mixtos no implicaba únicamente a los habitantes de los Reinos de Castilla y Aragón sino a toda persona que estuviera bajo el paraguas de su Imperio, eso incluía a los napolitanos y a los sicilianos.
A pesar de la medida puesta en marcha por Fernando ‘el Católico’, los matrimonios mixtos en el nuevo mundo ya eran una realidad desde 1503, año en el que la Reina Isabel ‘la Católica’ fomentó que los conquistadores españoles se casaran con las nativas americanas para dar estabilidad a los nuevos territorios conquistados.
Los matrimonios mixtos eran consentidos y registrados por la Iglesia. Uno de los primeros conquistadores destacados en tomar como esposa a una indígena fue Alonso de Ojeda, famoso explorador que formó parte del segundo viaje de Cristóbal Colón a América y dio nombre a Venezuela.
Alonso de Ojeda conoció a una indígena llamada Guaricha. Durante un viaje de exploración en la primavera de 1499 le bautizó a orillas del lago Maracaibo con el nombre de Isabel. Su plan original era incorporar a la joven al servicio de su casa, sin embargo, la persistencia de Guaricha le impulsó a casarse y a tener tres hijos con ella.
Otro de los casos más conocidos fue el de Malineli Tenepatl, más conocida como ‘la Malinche’, mujer que fue regalada a Hernán Cortés y que acabó convirtiéndose en un personaje fundamental para la conquista de América al traducir para los españoles las diferentes lenguas de los nativos.
Las mujeres, una vez casadas y cristianizadas, se convertían en súbditos de pleno derecho. Lo mismo les pasaba a sus hijos. Se trataba de una forma de proteger de manera automática los derechos de sucesión de bienes y propiedades generados por el matrimonio.
Los matrimonios mixtos cambiaron para siempre la conquista de América. Permitieron a los conquistadores españoles entenderse con los indígenas del nuevo mundo y dieron estabilidad a los nuevos territorios conquistados.