Tal día como hoy, el 16 de marzo de 1478, nacía en la localidad extremeña de Trujillo Francisco Pizarro, el conquistador del Perú.
Hijo natural del capitán Gonzalo Pizarro, desde muy joven Francisco Pizarro conoció lo que era la combatir al acompañar a su padre en las guerras italianas. Hombre inquieto y de fuerte carácter, embarcó en 1502 en la flota que llevaba a las indias a Nicolás de Ovando, el nuevo gobernador de La Española.
Al llegar al nuevo mundo, Francisco Pizarro no logró adaptarse a la vida sedentaria del colonizador por lo que decidió participar en la expedición de Alonso de Ojeda que exploró América Central y más tarde, la de Vasco Núñez de Balboa que descubrió el Océano Pacífico.
Entre 1519 y 1523, Francisco Pizarro se instaló en la ciudad de Panamá, ciudad de la que fue regidor, encomendero y alcalde, cargos que le permitieron enriquecerse.
Conocedor de los rumores que hablaban de la existencia de grandes riquezas en el Imperio de los Incas, decidió unir la fortuna que había amasado con la de Diego de Almagro para financiar dos expediciones que resultaron ser un fracaso. A pesar de ello Pizarro volvió a intentarlo, esta vez con el respaldo del emperador Carlos V.
En 1530 Pizarro preparó una nueva expedición de conquista y, en enero de 1531, embarcó con un contingente de 180 hombres y 37 caballos hacia Perú. Informado de la guerra que enfrentaba al emperador inca Atahualpa y a su hermanastro Huáscar, Pizarro se reunió con Atahualpa en la ciudad de Cajamarca. Allí, tras invitar sin éxito al líder inca a convertirse al cristianismo así como a someterse a la autoridad del Rey Carlos I de España, Pizarro capturó a Atahualpa en un sangriento ataque por sorpresa.
El emperador inca acordó con los extranjeros llenar de oro, plata y piedras preciosas una habitación a cambio de su libertad. De nada le sirvió cumplir la parte del pacto ya que Pizarro, reforzado por la llegada de Almagro al frente de un centenar de arcabuceros, acusó a Atahualpa de haber ordenado el asesinato de su hermanastro Huáscar desde la prisión y de preparar una revuelta contra los españoles. Por ello, Pizarro ordenó su ejecución, ejecución que tuvo lugar el 29 de agosto de 1533.
Muerto Atahualpa, Pizarro se alió con la nobleza inca, la cual permitió completar sin apenas resistencia la conquista de Perú. Pizarro nombró como soberano inca a Manco Cápac II, hermano del fallecido Atahualpa pero el nuevo soberano inca se reveló contra Pizarro en 1536.