Tal día como hoy, el 17 de julio de 1936, se iniciaba una sublevación militar dirigida contra el Gobierno de la Segunda República que finalmente fracasó y dio inicio a la Guerra Civil española.
Cuatro años antes, el 10 de agosto de 1932, ya se había producido otro intento de golpe de Estado contra la Segunda República, liderado entonces por el general Sanjurjo. La intentona fracasó al igual que la llevada a cabo en febrero de 1936 tras conocerse la victoria del Frente Popular en la primera vuelta de las elecciones.
Tras ello, Manuel Azaña pasó a ser el presidente del Gobierno. Su primera medida no fue otra que apartar del poder a generales como Emilio Mola, Francisco Franco y Goded. Sin embargo, este hecho no impidió que la situación se estabilizase, sino todo lo contrario, esta se salió de control al desatarse una oleada reivindicativa con numerosas huelgas, incendios y enfrentamientos armados que se saldaron con la muerte de 262 personas entre febrero y julio de 1936, de ellos 112 causados por la intervención de las fuerzas de orden público.
Una de esas muertes, el asesinato del líder monárquico José Calvo Sotelo en la madrugada del 13 de julio de 1936 causó una enorme conmoción, especialmente entre los sectores conservadores y los militares. Precisamente, entre estos últimos, un grupo de altos rangos dirigidos por Emilio Mola, llevaban planeando cuidadosamente desde el mes de febrero un golpe de Estado con el que poder acabar con el Gobierno del Frente Popular. Plan al que se unieron en los últimos instantes de la preparación del golpe muchos de los militares indecisos tras las circunstancias de la muerte de José Calvo Sotelo.
Así, el 17 de julio de 1936, el golpe de Estado comenzó en Melilla después de que los regulares se declarasen contrarios al Gobierno de la Segunda República y tomasen el control de las guarniciones. El golpe triunfó en Melilla y, al día siguiente, el 18 de julio de 1936, este se extendió a la Península Ibérica con el levantamiento de cuarteles en ciudades como Sevilla, Valladolid, Burgos o Pamplona. Pese a todo, el golpe de Estado finalmente fracasó y lo que comenzó siendo una sublevación militar, terminó convirtiéndose en un conflicto armado que durante tres años dividió el país por la mitad, un enfrentamiento que pasó a la historia como la Guerra Civil española.