Tal día como hoy, el 18 de julio de 1873, Nicolás Salmerón se convertía en el tercer presidente de la Primera República Española tras la dimisión de Francisco Pi y Margall.
Nicolás Salmerón estudió derecho en Granada y filosofía en Madrid. Trabajó como profesor de bachillerato y como catedrático de la Universidad Central, precedente de la actual Universidad Complutense de Madrid.
Al mismo tiempo, Nicolás Salmerón se integró en el Partido Demócrata, cuyas ideas defendió mediante artículos periodísticos, discursos en el Ateneo y conspiraciones revolucionarias que le condujeron a la cárcel.
Al triunfar la Revolución de 1868, que derrocó a Isabel II, se proclamó republicano, aunque reconoció que esta corriente no estaba madura para asumir el poder. Fue elegido diputado por Badajoz en 1871 y, al abdicar el Rey Amadeo de Saboya, apoyó en el Parlamento la proclamación de la Primera República. Participó en su primer gobierno como ministro de Gracia y Justicia; cuatro meses después, fue nombrado presidente del Congreso; y, un mes más tarde, jefe del Poder Ejecutivo.
Poco duró en el poder, pues Nicolás Salmerón dimitió alegando problemas de conciencia para firmar dos sentencias de muerte. Le sucedió Emilio Castelar, a quien Salmerón hizo una oposición implacable, hasta el punto de negarle el voto de confianza que pedía para conjurar las amenazas contra la República.
Restaurada la Monarquía de los Borbones por el pronunciamiento militar de Sagunto, Nicolás Salmerón perdió su cátedra, que no volvería a ocupar hasta 1884. Siguió conspirando por la causa republicana, primero desde su exilio en Francia y luego dentro del país, encabezando una tendencia moderada que intentó agrupar sin éxito a los partidarios republicanos. Nicolás Salmerón falleció en la localidad francesa de Pau el 20 de septiembre de 1908 mientras se encontraba de vacaciones.