Tal día como hoy, el 18 de noviembre del año 1096, el Rey Pedro I de Aragón y Pamplona arrebataba a la poderosa taifa de Saraqusta la ciudad de Wasqa (Huesca).
El asedio de la ciudad había comenzado en junio de 1096, dos años después del último intento por parte del Reino de Aragón de tomar la ciudad. En aquella ocasión, era el Rey Sancho Ramírez quien dirigía el ataque pero este murió en el intento al ser alcanzado por una flecha.
Tras la muerte de Sancho Ramírez, su hijo mayor, Pedro I, le sucedió en el trono. El nuevo monarca, consciente de la escasa extensión de su Reino, mantuvo las ideas expansionistas y puso su mirada al sur, en los territorios musulmanes.
De esta forma, en junio de 1096, Pedro I de Aragón y Pamplona inició el asedio de la ciudad que había acabado con el reinado de su padre, Huesca. Una ciudad perteneciente a la poderosa taifa de Saraqusta a cuyo frente se encontraba el Rey Al-Mustaín II.
Los combates se extendieron durante meses hasta que, con Huesca al límite, los defensores abandonaron la ciudad y pusieron rumbo al norte, hacia los territorios del Reino de Aragón. La lucha ya no sería tras los muros de la ciudad de Huesca sino a campo abierto.
Ambos ejércitos se encontraron frente a frente el 15 de noviembre en un enfrentamiento que pasó a la historia como la batalla de Alcoraz, una lucha encarnizada de la que saldría ganador Pedro I de Aragón y Pamplona.
Tres días después, el monarca cristiano entraba de forma triunfal en la ciudad de Wasqa, ciudad que rebautizó como Huesca y que convirtió en la nueva capital del Reino de Aragón.