Tal día como hoy, el 21 de noviembre del año 1150, fallecía en localidad navarra de Lorca el Rey García Ramírez de Pamplona

Hijo del infante Ramiro Sánchez, señor de Monzón y de Logroño, y de Cristina Rodríguez, hija de Rodrigo Díaz de Vivar, García Ramírez pronto destacó por sus dotes militares al servicio del Rey de Aragón Alfonso I ‘el Batallador’, quien depositó en él gran confianza.

Al morir Alfonso I de Aragón, las Órdenes Militares del Santo Sepulcro, el Hospital y el Temple se convirtieron en herederas de todas sus posesiones. La última voluntad de Alfonso I ‘el Batallador’ provocó una crisis sucesoria que los nobles y obispos pamploneses aprovecharon para separarse de Aragón y restaurar nuevamente el Reino de Pamplona.

La figura elegida para llevar a cabo la “restauración” del Reino de Pamplona fue Sancho Ramírez, descendiente directo del último Rey de Pamplona, Sancho VI, eso sí, descendiente de la rama bastarda. Por ello fue llamado ‘el Restaurador’.

García Ramírez consiguió la adhesión del territorio pamplonés, parte de La Rioja, los territorios vascongados y los distritos de Tudela y Monzón al Reino de Pamplona. Concibió su realeza como una restauración y adoptó en el año 1134 la titulación tradicional de ‘Rey de los pamploneses’.

Cuando García Ramírez accedió al trono, su Reino ya había perdido todas sus fronteras con los territorios musulmanes, lo que le privó de toda posibilidad de expansión, un hecho que condicionó para siempre el futuro del Reino.