Tal día como hoy, el 22 de diciembre de 1870, fallecía el poeta español Gustavo Adolfo Bécquer, el gran poeta del posromanticismo.
Hijo y hermano de pintores, Bécquer llevaba el arte en la sangre. A los diez años quedó huérfano. Su infancia y adolescencia las pasó en Sevilla, ciudad en la que estudió humanidades y pintura.
En 1854 se trasladó a Madrid con la intención de hacer carrera literaria, sin embargo, el éxito no le sonrió. Para poder vivir hubo de dedicarse al periodismo y hacer adaptaciones de obras de teatro extranjero con la ayuda de su amigo Luis García Luna.
En 1858, durante una estancia en Sevilla, estuvo nueve meses en cama a causa de una enfermedad que a día de hoy se desconoce. Durante la convalecencia, en la que fue cuidado por su hermano Valeriano, publicó su primera leyenda, ‘El caudillo de las manos rojas’.
En 1861 contrajo matrimonio con Casta Esteban, hija de un médico con la que tuvo tres hijos. El matrimonio nunca fue feliz y el poeta se refugió en su trabajo. Se iniciaba así su etapa más fructífera con la composición de crónicas periodísticas, la mayor parte de sus ‘Leyendas’ y la redacción de ‘Cartas literarias a una mujer’, obra en la expone sus teorías sobre la poesía y el amor.
Su situación económica mejoró a partir de 1866, año en que obtuvo el empleo de censor oficial de novelas, lo cual le permitió dejar sus crónicas periodísticas y concentrarse en sus ‘Leyendas’ y ‘Rimas’, publicadas en parte en el semanario ‘El museo universal’. Poco le duró su nueva vida, pues la revolución de 1868 le dejó sin trabajo en un año en el que su esposa también le abandonó.
El duro revés que sufrió Bécquer hizo que se trasladase a Toledo con su hermano Valeriano. Allí acabó de reconstruir el manuscrito de las ‘Rimas’, cuyo manuscrito original había desaparecido cuando su casa fue saqueada durante la gloriosa revolución.
En 1870 regresó a Madrid para ocupar el cargo de director de la revista ‘La Ilustración de Madrid’ y, en noviembre de 1870, el de una nueva publicación, ‘El entreacto’. Apenas pudo publicar en este último periódico pues la tuberculosis se lo llevó tal día como hoy de 1870.