Tal día como hoy, el 22 de junio de 1563, fallecía el conquistador español Francisco de Villagra. Hijo del comendador de Rubiales de la Orden de San Juan de Jerusalén, Álvaro de Sarría, y de Ana de Villagra, Francisco de Villagra navegó hasta el nuevo mundo en busca de riquezas.
Nada más llegar a América, se dirigió a las tierras del Perú, en donde planeó junto al capitán Alonso de Mesa liberar de los hermanos Pizarro al conquistador español Diego de Almagro. Descubierto su plan, fue condenado a muerte, sin embargo, Hernando Pizarro le salvó la vida.
Después de este episodio, Francisco de Villagra se marchó a Chile. Allí llegó en el momento en el que Pedro de Valdivia llevaba a cabo la conquista de aquella región. En 1541 estuvo presente en la fundación de Santiago de Nueva Extremadura, ciudad que le tocó defender del asalto del cacique Michimalonco.
Más tarde, cuando Pedro de Valdivia se dispuso a viajar a Perú en busca de refuerzos, a Francisco de Villagra se le confió el gobierno interino de Chile. Gobierno que asumió años después tras la muerte de Valdivia en la batalla de Tucapel, quien le nombró su sucesor en el cargo como tercera opción tras Jerónimo de Alderete, que se encontraba en España, y Francisco de Aguirre, quien se encontraba ocupado en la conquista de Tucumán.
Como gobernador, Francisco de Villagra tuvo que detener la rebelión indígena encabezada por el líder mapuche Lautaro, a quien derrotó en la batalla de Mataquito en abril de 1557. Triunfo tras el cual, el Virrey Adres Hurtado de Mendoza nombró a su hijo García Hurtado de Mendoza nuevo gobernador, quien en una de sus primeras acciones hizo prisionero al propio Francisco de Villagra, que fue enviado a Limo para ser sometido por su actuación como gobernador, juicio del que fue finalmente absuelto.
Años después, en 1561, el Rey Felipe II le nombró nuevamente gobernador de Chile, cargo que ostentó hasta su muerte en junio de 1563.