Tal día como hoy, el 24 de julio de 1933, se publicaba la sentencia contra los procesados por el intento golpista del 10 de agosto de 1932, conocido como ‘La Sanjurjada’, con penas que oscilaban entre los 22 años de prisión mayor y tres de reclusión menor.
‘La Sanjurjada’ fue el primer golpe militar contra el Gobierno de la Segunda República y recibió este nombre ya que estuvo encabezada por el general José Sanjurjo.
El objetivo era cambiar el Gobierno, pero no el régimen político, dar un volantazo a la derecha apelando a la necesidad de mayor orden público en un contexto en el que la Iglesia veía amenazada su histórica posición de poder, se impulsaba una reforma agraria y se trabajaba en el Estatuto de Autonomía para Cataluña y, de hecho, Sanjurjo se cuidó muy mucho de insistir en ello.
El problema fue que Sanjurjo quiso que el pronunciamiento no fuese violento, lo que propició manifestaciones en contra en la calle y que surgiesen núcleos de resistencia. De hecho, el golpe, que fue iniciado en Sevilla por su simbolismo político y sindical fracasó a las pocas horas de empezar. Especialmente por el escaso apoyo militar que recibió. En Madrid, la organización fue un desastre y el resto de plazas que en teoría se iban a levantar entre las que se encontraban Pamplona, Valladolid, Granada, Cádiz y Jerez, finalmente no lo hicieron.
Cuando Sanjurjo fue consciente del fracaso, se dirigió en un coche rumbo a Huelva junto a su hijo, su ayudante y el general García de la Herrán para, más tarde, ponerse a salvo en Portugal, aunque, al ser detenido en Huelva, Sanjurjo aseguró que quiso entregarse a otras autoridades que fuesen las sevillanas.

Tras un consejo de guerra sumarísimo, Sanjurjo fue condenado a muerte por el delito de rebelión militar, aunque la pena se conmutó por cadena perpetua. La situación no duró mucho, pues la llegada de la derecha al Gobierno republicano en 1933 suavizó sus condiciones carcelarias e incluso le incluyó en la Ley de Amnistía de 1934, cambiando la prisión por el exilio en Portugal, del que volvería para dirigir la sublevación militar de 1936, la cual estaba destinado a liderar, pero un accidente de avión terminó con su vida.