Tal día como hoy, el 24 de mayo de 1876, el Congreso de los Diputados aprobaba la Constitución Española de 1876, una constitución que estuvo vigente en España hasta el inicio de la Segunda República Española, eso sí, a excepción de los años que duró la dictadura de Miguel Primo de Rivera.

Los antecedentes de la aprobación de la Constitución Española de 1876 los encontramos el 29 de diciembre de 1874 cuando el general Martínez Campos proclamó al hijo de la exiliada Reina Isabel II, Alfonso de Borbón, como Rey de España. De esta forma daba comienzo en España un periodo histórico que pasaría a la historia como la Restauración, la etapa más estable de nuestro país a lo largo del S. XIX.

El artífice de este nuevo sistema político no fue otro que Antonio Cánovas del Castillo, una figura que hizo todo lo posible por restaurar la monarquía en España. Lo consiguió, aunque no de la forma que él quería, por clamor popular y no mediante un golpe militar como realmente sucedió.

Proclamado Rey Alfonso XII, Cánovas del Castillo fue nombrado presidente del Consejo de Ministros, cargo desde el cual redactó la Constitución Española de 1876, un texto que permitió la instauración de una paz flexible y duradera que se mantendría hasta el inicio de la Segunda República Española, eso sí, a excepción de los años que duró la dictadura de Miguel Primo de Rivera.

La Constitución Española de 1876 era un texto breve y abierto de 89 artículos, que permitía mantener la alternancia de partidos. Establecía la monarquía parlamentaria y logró que el Gobierno contase con la confianza tanto regia como parlamentaria. Además, posibilitaba el derecho de asociación, la tolerancia religiosa en la práctica privada de las religiones, sobre la base del reconocimiento del catolicismo como la religión del Estado; la libertad de imprenta así como la libertad de enseñanza. La Constitución Española de 1876 fue promulgada el 30 de junio de 1876.