Tal día como hoy, el 25 de abril de 1707, tenía lugar uno de los enfrentamientos más importantes durante el comienzo de la Guerra de Sucesión Española, la batalla de Almansa.
Tras la muerte sin descendencia del Rey Carlos II ‘el Hechizado’, el último de los Austrias, España se volvió en un auténtico polvorín. Las grandes potencias del viejo mundo veían con malos ojos la decisión de que su sucesor fuese un joven Felipe de Anjou, pues la unión de Francia y España sería un gran peligro para sus intereses. De modo que todas decidieron enfrentarse a la casa de Borbón y apoyar las pretensiones del sobrino del monarca fallecido, el archiduque Carlos de Austria. Se iniciaba así la Guerra de Sucesión Española.
En el invierno de 1706, el archiduque Carlos de Austria tenía su corte establecida en la ciudad de Valencia. Sus dirigentes militares, el marqués Das Minas, Antonio Luis do Sousa, y el conde de Galway, Henry Masué, decidieron a primeros de abril de 1707 avanzar sobre Madrid al mando de 18.000 soldados portugueses, holandeses, ingleses, protestantes, alemanes e incluso franceses.
Felipe V, consciente de la proximidad del enemigo, consiguió reunir un ejército de 25.000 hombres que puso bajo las órdenes del duque de Berwick, James Fitz-James, un noble inglés católico naturalizado francés.
Ambos ejércitos se encontraron frente a frente en las cercanías de la localidad de Almansa. Lo hicieron a las tres de la tarde del 25 de abril de 1707 en una batalla que pasaría a la historia como la batalla de Almansa.
El frente se extendió a lo largo de seis kilómetros. La artillería fue la primera en abrir fuego. Acto seguido fue el turno de la caballería leal al Rey Felipe V. El ataque fue repelido por los aliados que lograron romper el centro. No obstante, la rápida ayuda del ejército borbónico y las acertadas maniobras del duque de Berwick permitieron estabilizar la situación en el frente. Poco después la caballería leal a Felipe V volvió al ataque, esta vez apoyada por la infantería. Esto permitió derrotar el flanco izquierdo de las tropas aliadas y provocar instantes más tarde la retirada de los hombres fieles al archiduque Carlos de Austria, soldados que fueron apresados en la mañana del 26 de abril a unos diez kilómetros de donde habían comenzado los combates.
La victoria en la batalla de Almansa permitió a Felipe V el camino abierto para recuperar el control de todo el Reino de Valencia y parte del de Aragón en poco más de un mes. Este hecho dio un giro inesperado en el comienzo de la Guerra de Sucesión Española al detener la ofensiva aliada en toda Europa.