Tal día como hoy, el 25 de septiembre de 1506, fallecía en la ciudad de Burgos Felipe I ‘el Hermoso’, el primer Rey de Castilla de la Casa de Habsburgo.
Hijo del Emperador Maximiliano I de Austria, Felipe ‘el Hermoso’ pudo sentarse en el trono castellano al contraer matrimonio con Juana ‘la Loca’, matrimonio que su padre había arreglado con los Reyes Católicos.
La temprana muerte de los hermanos mayores de Juana ‘la Loca’, los infantes Juan e Isabel, situaron a Juana al frente de la línea sucesoria de los Reyes Católicos. Una realidad que se hizo patente el 24 de noviembre de 1504 al fallecer Isabel I de Castilla.
Fernando II de Aragón, acogiéndose a la última voluntad de Isabel I, proclamó a su hija Juana como Reina de Castilla y tomó las riendas del Reino mientras Felipe y Juana permanecían en Flandes. Esta situación no fue aceptada por Felipe ‘el Hermoso’, quien planteó el problema de la sucesión en Castilla al no estar dispuesto a renunciar al poder.
En 1505 se acordó en la Concordia de Salamanca el gobierno conjunto de Felipe, Fernando y Juana, pero este acuerdo nunca llegó a zanjar la disputa.
La situación cambió en 1506 con la llegada de Felipe ‘el Hermoso’ a la Península Ibérica. Lo hizo llegando a La Coruña encabezando un ejército alemán que pronto agrupó a los nobles castellanos descontentos. Con el fin de evitar una guerra, Fernando ‘el Católico’ acordó el 27 de junio de 1506, mediante la Concordia de Villafáfila, dejar su puesto como regente de Castilla y retirarse a Aragón.
Este tratado también reconocía a Felipe ‘el Hermoso’ como Rey de Castilla ante la incapacidad de la Reina Juana para reinar debido a su supuesta enajenación mental.
Las Cortes de Castilla siempre se negaron a declarar la incapacidad de la Reina Juana. Pese a ello, Felipe I ejerció el poder en solitario aunque no por mucho tiempo, pues el Rey falleció el 25 de septiembre de 1506 en la ciudad de Burgos.
Se dice que murió poco después de beber un vaso de agua mientras jugaba a la pelota. Su muerte había sido tan súbita que corrió el rumor de que su suegro, Fernando ‘el católico’, lo había envenenado. Todo ello, a pesar de que los informes médicos de la época parecen confirmar que, por sus síntomas, falleció a causa de una neumonía. En cualquier caso, tras el fallecimiento de Felipe I, Fernando ‘el Católico’ asumió las riendas del Reino hasta su muerte el 23 de enero de 1516.