Tal día como hoy, el 27 de enero de 1612, el Rey Felipe III otorgaba el primer privilegio para dar corridas en cosos cerrados, medida que supuso el origen de las plazas de toros.

El historiador, periodista y escritor taurino, Sánchez de Neira y Álvarez de Toledo, recogió en su obra ‘Gran Diccionario Tauromáquico’ de 1879 “el gran interés privado que divisó el privilegio para dar funciones en cosos cerrados”.

El primer privilegio para dar corridas en cosos cerrados fue concedido al empresario valenciano Ascanio Manchino, quien aprovechó muy bien los derechos otorgados por el monarca para hacer negocio.

El Rey Felipe III otorgó el privilegio del derecho de la renta de los corros de toros de la ciudad de Valencia a Ascanio Manchino. Lo hizo por un periodo de tres vidas. Esta concesión fue vendida años más tarde por los sucesores de Ascanio Manchino a cambio de una gran suma.

Varios personajes de importancia tuvieron el privilegio para dar corridas en cosos cerrados en la ciudad de Valencia, figuras como el canciller mayor y registrador del Consejo Real de Indias, D. Felipe de Sala, y el capitán general del Reino de Valencia, D. Martín de la Bayrón. Ambos compraron el privilegio que años antes el Rey Felipe III había entregado a Ascanio Manchino, concesión que expiró en el año 1647.