Tal día como hoy, el 27 de julio de 1276, fallecía el Rey de Aragón, conde de Barcelona, señor de Montpellier y monarca de Mallorca y de Valencia, Jaime I ‘el Conquistador’.
Hijo de Pedro II de Aragón y María de Montpellier, Jaime I ‘el Conquistador’ subió al trono aragonés con tan sólo cinco años, tras la muerte de su padre en la batalla de Muret, pero no asumió el poder hasta alcanzar la mayoría de edad en 1225, año en el que intentó sin éxito conquistar Peñíscola.
Dos años después, la paz de Alcalá rubricó el definitivo triunfo de la monarquía sobre los nobles de Aragón y proporcionó a Jaime I ‘el Conquistador’ la estabilidad necesaria para iniciar sus campañas militares contra los musulmanes del levante peninsular.
Ante el perjuicio que la competencia comercial y la piratería de los sarracenos de las Baleares ocasionaban a los mercaderes catalanes, Jaime I de Aragón emprendió en 1229 la conquista de Mallorca con la victoriosa batalla de Portopí. Tras la toma de la ciudad, Jaime I ‘el Conquistador’ se apoderó en pocos meses de casi toda la isla, dejado tan solo un pequeño núcleo de resistencia musulmana que logró mantenerse en la sierra de Tramontana hasta 1232. Además, estableció un protectorado sobre Menorca, rubricado por el tratado de Capdepera, por el cual los sarracenos menorquines aceptaron su soberanía en 1231, y cedió la sumisión de Ibiza a la alta aristocracia catalana, que la hizo efectiva en 1235.
Dominadas las Baleares, Jaime I ‘el Conquistador’ arrancó en 1232 su campaña para conquistar Valencia, ciudad que cayó en 1238. Tras la toma de Valencia, este territorio, al igual que las Baleares, se convirtieron en Reinos autónomos que se integraron en la Corona de Aragón.
Los últimos años de vida de Jaime I ‘el Conquistador’ fueron precisamente los más difíciles, ya que fue en esta etapa de su vida cuando fracasaron sus dos tentativas de realizar una cruzada en Tierra Santa y tuvo que hacer frente a la rebelión de su primogénito, el Infante Pedro, así como a los desórdenes feudales acaudillados por su hijo bastardo Fernando Sanchís de Castro.
A su muerte, Jaime I ‘el Conquistador’ dividió sus reinos entre sus hijos Pedro III de Aragón, al que le correspondieron Aragón, Cataluña y Valencia, y Jaime II de Mallorca, quien recibió las Baleares, el Rosellón y Montpellier.