Tal día como hoy, el 28 de agosto de 1483, Mohamed XII, más conocido como ‘Boabdil’, el último sultán del Reino de Granada, era apresado por los Reyes Católicos durante la batalla de Martín González, también conocida como batalla de Lucena.
Mohamed XII era un miembro de la dinastía nazarí, dinastía que controlaba el Reino musulmán de Granada. Llamado por los cristianos ‘Boabdil’ y conocido popularmente como ‘el Chico’, no por su tamaño sino por su menor edad en comparación con su padre y su tío.
‘Boabdil’ nació y se crio en la alhambra de Granada junto a su padre el sultán Muley Hacén. Padre al que quitó el poder a los 23 años tras sublevarse contra él en la localidad granadina de Guadix con el apoyo de los Abencerrajes y su madre la sultana Aixa.
Aquel movimiento desencadenó una guerra por el trono de Granada contra su padre, Muley Hacén, y su tío, ‘El Zagal’, quienes también se consideraban legítimos reyes de Granada.
El 28 de agosto de 1483 ‘Boabdil’ fue apresado por los Reyes Católicos tras ser derrotado por las tropas de la Corona de Castilla en la batalla de Martín González. Poco después sería liberado pero a un alto coste. Ello implicaba ser vasallo y aliado de Castilla, entregar parte del territorio del Reino de Granada el cual pertenecía a su tío ‘El Zagal’, aportar tropas cuando se lo pidiesen y el pago de un tributo anual de 12.000 doblas.
Tras el pacto alcanzado, los Reyes Católicos apoyaron a ‘Boabdil’ y lucharon contra su padre Muley Hacén, quien murió en octubre de 1485, y su tío ‘El Zagal’, que en 1491 se declaró vasallo de los Reyes Católicos y se exilió en África. Allí fue encarcelado por un amigo de ‘Boabdil’, el Rey de Fez, quien ordenó que le cegasen. De esta forma ‘El Zagal’ pasó de ser un pretendiente al trono de Granada a un mendigo en las calles de Fez.
‘Boabdil’ por fin podía disfrutar de su trono pero al no pagar los tributos acordados con los Reyes Católicos no le duraría mucho aunque eso ya es otra historia.