Tal día como hoy, el 30 de agosto de 1334, nacía en la ciudad de Burgos el varón que 16 años después sería coronado como Pedro I de Castilla.
Este monarca castellano fue apodado por sus partidarios de igual manera que su padre el Rey AlfonsoXI, ‘El Justiciero’. Sin embargo, pasaría a la historia con el sobrenombre puesto por sus detractores, ‘El Cruel’, apodo que recibió por la forma en la que se enfrentó a la nobleza castellana.
La subida al trono del Rey Pedro I de Castilla se produce en medio de una compleja situación política y de una profunda crisis económica debido principalmente a la peste negra, enfermedad que había acabado con la vida de su padre el Rey Alfonso XI.
Al comienzo de su reinado quiso hacer una alianza con Francia. Para cimentar las bases de esa nueva relación con el país galo Pedro I de Castilla se casó con Blanca de Borbón en 1353. Esposa a la que abandonó tres días después de su boda y a la cuál encerró en el Alcázar de Toledo. Aquello provocó la ruptura de las relaciones con Francia y una rebelión en Toledo que pronto se extendió a más ciudades del Reino de Castilla.
La insurrección fue liderada por un antiguo favorito del Rey Pedro I de Castilla que había caído en desgracia tras el encierro de Blanca de Borbón, Don Juan Alfonso de Alburquerque, y uno de los hijos bastardos del Rey Alfonso XI, Don Enrique de Trastámara, quien se acabó convirtiendo en el jefe de la rebelión tras morir envenenado en Medina del Campo Don Juan Alfonso de Alburquerque.
Lo que empezó siendo una insurrección acabó convirtiéndose en la primera Guerra Civil Castellana de la historia. Una guerra civil que sumió a Castilla en el caos más absoluto. El Reino se convirtió en un nuevo campo de batalla de la Guerra de los Cien años con la entrada en escena tanto de franceses como ingleses.
Los ingleses apoyaron al Rey Pedro I mientras que los franceses, ultrajados tras el desprecio de Pedro I de Castilla a su esposa Blanca de Borbón, apoyaron a Enrique de Trastámara, quien acabaría la guerra al matar a su hermanastro.
De esta forma, se ponía fin a la dinastía de la Casa de Borgoña y se asentaba en el trono castellano una nueva casa, la Casa de Trastámara.