Tal día como hoy, el 30 de junio de 1522, se libraba la batalla de San Marcial, un enfrentamiento en el que las tropas de la Monarquía Hispánica vencían a un ejército franco-navarro que intentaba recuperar la independencia del Reino de Navarra perdida en 1512 en favor del Rey Fernando ‘el Católico’.
Los antecedentes de la batalla de San Marcial se remontan a octubre de 1521, cuando las tropas del señor de Bonnivet, Guillermo Goufier, asaltaron la villa guipuzcoana de Fuenterrabía, tomando por el camino el castillo de Behobia.
Tras ello, el III Duque de Alburquerque, Beltrán de la Cueva, fue nombrado capitán general de Guipúzcoa en mayo de 1522 y se lanzó rápidamente a recuperar el castillo con una hueste de soldados españoles reclutados de las villas cercanas y cerca de 3.000 lansquenetes alemanes. Ante la imposibilidad de defender el castillo, el enemigo abandonó sus posiciones no sin antes intentar volarlo pero el capitán Ochoa Sanz de Asua, junto a unos cuantos hombres, lograría evitarlo.
No obstante, nada estaba asegurado, puesto que un ejército franco-navarro formado por más de 4.500 soldados se plantó en las orillas del río Bidasoa con el objetivo de cruzarlo y tomar nuevamente el castillo de Irún. Los aldeanos, sin apenas armas, opusieron una gran resistencia y no permitieron al enemigo cruzar el Bidasoa. Por ello, y ocultos por la noche, se dirigieron río arriba, donde era más fácil vadearlo, y, abandonando la artillería, lograron sortear aquel obstáculo natural.
Ante esta situación, De la Cueva accedió a presentar batalla marchando al frente de una hueste de 1.500 soldados y 150 jinetes. Allí se unirían con los 400 soldados y el millar de hombres reclutados a toda prisa en la zona con los que derrotaría finalmente al enemigo mediante un gran engaño en plena noche tras encender multitud de antorchas que hicieron creer al ejército franco-navarro que el ataque se produciría por el camino real mientras que el grueso de las tropas castellanas ocuparon una zona ventajosa del monte Aldabe.
La batalla de San Marcial, que se desarrolló en el antiguamente conocido como monte Aldabe, hizo que la zona pasase a conocerse desde entonces como monte de San Marcial.