Tal día como hoy, el 6 de octubre de 1833, el general Ladrón de Cegama proclamó Rey al infante Don Carlos María Isidro de Borbón en la localidad riojana de Tricio.
Hijo de Carlos IV y hermano menor de Fernando VII, el infante Don Carlos acabó convirtiéndose en la cabeza visible de los realistas y monárquicos conservadores que deseaban la vuelta al Antiguo Régimen a la muerte de este último.
La ley Sálica por la que se regían los Borbones impedía a la princesa Isabel, hija mayor de Fernando VII, heredar la Corona. Sin embargo, Fernando VII, aprovechándose de la norma tradicional castellana de las Partidas que su padre el Rey Carlos IV había restablecido en 1789, norma por la cual las mujeres tenían preferencia como herederas sobre los hombres si eran de mejor línea y grado, convirtió a Isabel II en su heredera.
El infante Don Carlos nunca aceptó la decisión de su hermano y poco después de morir reclamó su derecho al trono dando lugar a la Primera Guerra Carlista, guerra en la cual cuatro días después de su inicio, el 6 de octubre de 1833, era proclamado Rey por el general Ladrón de Cegama en la localidad riojana de Tricio.
Don Carlos participó activamente en la guerra. Entró en España por Navarra, donde se encontraba el grueso de sus partidarios, e incluso recorrió la Península al frente de una Expedición Real que llegó hasta las puertas de Madrid aunque no despertó entre las masas la acogida esperada.
Perdida la guerra, Don Carlos huyó a Francia. En 1845 abdicó en su hijo Carlos Luis, conde de Montemolín, y se estableció en Italia. La causa carlista siguió viva, encabezada por Montemolín y, desde su muerte en 1861, por su sobrino Carlos, dando lugar a otras dos guerras carlistas.