Tal día como hoy, el 7 de abril de 1621, el aristócrata Pedro Téllez Girón y Velasco, el olvidado héroe español que arrinconó a los corsarios, era apresado y acusado de corrupción.
Nacido en la localidad sevillana de Osuna, Pedro Téllez Girón y Velasco fue descrito por Miguel de Cervantes debido a su baja estatura como un “señor muy pequeño que era muy grande” y es que su instinto político y sus habilidades militares eran incomparables.
Tras destacar en los ejércitos de Flandes, este noble sevillano fue nombrado virrey de Sicilia por el Rey Felipe III en febrero de 1610. Cuando tomó posesión, el Reino de Sicilia se hallaba en la más profunda miseria económica al mismo tiempo que era acosado constantemente por corsarios.
El gran duque de Osuna, Pedro Téllez Girón y Velasco, restituyó el crédito de la hacienda pública siciliana, ajusto los impuestos y equilibró los presupuestos. Frente a la gran inseguridad de la isla, limpió los caminos de salteadores y reorganizó la marina para defender Sicilia de los corsarios turcos y berberiscos.
En 1616 fue designado virrey de Nápoles, un cargo de mayor importancia que el anterior. El Reino se encontraba en una situación similar a la de Sicilia por la mala gestión de sus predecesores pero Pedro Girón logró reconducir la situación. También fortaleció el ejército y la marina de esta parte del Imperio español con cerca de 18.000 soldados que le permitieron controlar el Adriático.
Tras la muerte del Rey Felipe III, los representantes del nuevo monarca, el Rey Felipe IV, pretendieron una limpia entre los elementos más insolentes del anterior reinado como escarmiento hacia los más notorios. Una política que iba a quedarse en amago pero que colocó al duque de Osuna en el punto de mira.
Solo un mes después de la muerte de Felipe III, el gran duque de Osuna fue encarcelado y acusado de corrupción, parcialidad en la justicia, venalidad, aceptación de sobornos y otros tantos delitos. Fue apresado tal día como hoy de 1621, un miércoles santo en el que fue conducido a la prisión madrileña de la Alameda. Sus últimos años de vida fueron una lastimosa peregrinación por distintas prisiones españolas en las que mostrada cada día mayores quebrantos físicos. Pedro Téllez Girón y Velasco falleció en septiembre de 1624.