La heroica hazaña de un grupo de mujeres españolas que se ganaron el derecho a no inclinarse ante ningún Rey
Para premiar la heroica hazaña de este grupo de valientes mujeres, el Rey Juan I de Castilla les concedió el derecho de no tener que inclinarse ante ningún monarca
Finales del S. XIV, un grupo de mujeres castellanas logra el derecho a no tener que inclinarse ante ningún Rey gracias a una heroica hazaña que se produce en un momento en el que la Península Ibérica se ha convertido en un campo de batalla. En plena Reconquista, los Reinos cristianos de Castilla y Portugal se encuentran en guerra tras la muerte del monarca luso Fernando I. La razón no es otra que un conflicto sucesorio por el trono portugués entre el sobrino del fallecido Fernando I de Portugal, Juan de Avís, y el Rey Juan I de Castilla, quien reclamaba el Reino luso tal y como estaba dispuesto en las capitulaciones matrimoniales con la hija del monarca portugués Fernando I, Isabel de Portugal.
En medio de este convulso escenario, Juan de Avís solicitó ayuda a Inglaterra. De esta forma, el duque de Lancaster, Juan de Gante, desembarcó en Galicia en 1386 para hacer frente a Juan I de Castilla y, aprovechando el momento de debilidad de su enemigo, trató de hacerse con la Corona castellana. En su campaña, Juan de Gante logró tomar varias ciudades hasta que se topó con un grupo de valientes mujeres en la ciudad de Palencia.
LA HEROICA HAZAÑA DE UN GRUPO DE MUJERES ESPAÑOLAS QUE FRENARON A TODO UN EJÉRCITO INGLÉS
Debido a la guerra que Castilla mantenía con Portugal, la mayoría de los soldados castellanos se encontraban combatiendo en el frente. Este hecho hizo que, cuando los ingleses llegaron a Palencia, prácticamente solo quedaban mujeres para defender la ciudad.
Lejos de rendirse, las mujeres palentinas plantaron cara y lucharon valientemente contra el enemigo impidiéndole escalar las murallas de la ciudad ya fuese con flechas, espadas, piedras, aceite y agua hirviendo e, incluso, con todo tipo de excrementos.
Las mujeres de Palencia lucharon con arrojo en una cruenta batalla y lograron frenar a todo un ejército compuesto por miles de soldados ingleses que huyó en desbandada del lugar después de que un explorador avistase al ejército de Juan I de Castilla acercarse a marchas forzadas para socorrer a la ciudad.
Para premiar la heroica hazaña de las mujeres palentinas, el Rey Juan I de Castilla les concedió el privilegio perpetuo de ser caballeros de honor y poder portar una banda de oro. Además, les otorgó el derecho de no tener que inclinarse ante ningún monarca, derecho que conservan hasta nuestros días.