La sorprendente historia de la primera mujer policía de España

Se desconoce cómo pudo superar las pruebas de acceso al Cuerpo de Policía dada su exigencia y que en aquella época las mujeres no podían ejercer el papel de policía

5 de noviembre de 1906. El diario ABC recogía una noticia que causó gran revuelo en la ciudad de Sevilla. En ella se contaba la historia de una mujer que durante décadas había servido en el Cuerpo de Policía sin que nadie lo supiera, su nombre no era otro que el de Fernando Marquenssen Winston aunque todos lo conocían como Fernandito.

En aquella época las mujeres no podían ejercer el papel de policía, también había que cumplir una serie de requisitos entre los que se encontraban ser mayor de 18 años y medir más de 1,65 metros. No se sabe cómo, pero esta mujer logró entrar en el Cuerpo de Policía.

Se desconoce el nombre que sus padres le pusieron al nacer. Lo que sí se sabe es donde comienza su historia. A los 9 años al alistarse en la Marina francesa, para ello tuvo que vestirse como chico y adaptarse a vivir en un mundo de hombres. Durante siete años sirvió en el Ejército francés sin levantar sospechas hasta que, con 16 años, decidió venir a España y afincarse en Sevilla.

Aquí, Fernando Marquenssen echó raíces. Estuvo casada durante 23 años, tuvo un hijo e ingresó en el cuerpo de vigilancia del Gobierno Civil de Sevilla, lo que más tarde se convertiría en el actual Cuerpo Nacional de Policía, aunque ella nunca patrulló sino que se dedicó a cocinar para los diferentes gobernadores civiles de Sevilla para los que trabajó. Lo hizo hasta que una aparatosa caída le fracturó una pierna. A pesar de no querer revisión médica fue obligada a ir al hospital, lugar en el que se destapó la verdad que tan bien había ocultado durante 60 años.

¿CÓMO SE CONOCIÓ LA HISTORIA DE LA PRIMERA MUJER POLICÍA EN ESPAÑA?

El descubrimiento fue su peor pesadilla, le abrieron un expediente y le expulsaron del cuerpo. Sin apenas dinero para vivir y pese a que en un principio muchos sevillanos se comprometieron a ayudarle, solo fueron buenas palabras. La mujer que se encontraba escondida bajo el nombre de Fernando Marquenssen murió sola, estigmatizada y sin saber que ella fue la primera mujer policía de España.

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