Tal día como hoy, el 10 de agosto de 1557, en el marco de las guerras italianas entre las tropas del Imperio español y el ejército francés tuvo lugar la batalla de San Quintín, un enfrentamiento en el que los Tercios españoles destrozaron al ejército francés siendo esta la mayor victoria cosechada sobre Francia.

Las tropas españolas, que se encontraban bajo el mando de Manuel Filiberto de Saboya, derrotaron de forma contundente a los 26.000 soldados franceses  comandados por el almirante Gaspar de Coligny. El ejército francés perdió un total de 12.000 hombres en combate, unos 2.000 soldados quedaron heridos y 6.000 fueron hechos prisioneros. Además, fueron capturadas 50 banderas y toda la artillería francesa.

Por si fuera poco, los 5.000 mercenarios alemanes que se encontraban bajo las órdenes de los franceses se rindieron y fueron repatriados a su país a cambio de no servir nuevamente a Francia durante los siguientes seis meses. Por su parte, las bajas en las fuerzas del Rey Felipe II fueron escasas, apenas cayeron en combate 500 soldados.

Al conocer el resultado de la batalla, el Rey Felipe II se mostró apenado al no poder comandar a sus tropas en la batalla de San Quintín como quería. Nada más conocer su noticia informó a toda su familia, empezando por escribir a su padre Carlos I de España y V de Alemania, ya retirado en el monasterio de San Jerónimo de Yuste, las siguientes palabras: “Y pues yo no me hallé allí, de que me pesa lo que Vuestra Majestad pueda pensar, no puedo dar relación de lo que pasó sino de oídas”.

La batalla de San Quintín ha sido y es la mayor victoria de las tropas españolas a los franceses hasta la fecha. Tuvo lugar el día de San Lorenzo, motivo por el cual Felipe II, en honor a este santo, ordenó construir su palacio de El Escorial en forma de parrilla.