Tal día como hoy, el 23 de febrero de 1981, Antonio Tejero realizaba un fallido golpe de Estado que pasaría a la historia como el 23-F. Lo hacía interrumpiendo una sesión del Congreso de los Diputados en la que se decidía si Calvo Sotelo sustituiría a Adolfo Suárez como presidente del Gobierno bajo el grito de “quieto todo el mundo”.
A los pocos minutos, en Valencia, el general Milans del Bosch sacaba los tanques en la ciudad del Turia. El capitán militar desplegó en nombre del Rey Juan Carlos I a 2.000 hombres y 50 carros de combate. Además impuso el estado de excepción.
El movimiento de Milans del Bosch esperaba que otras regiones militares se unan al golpe. Tan solo lo hizo la División Acorazada Brunete, que a las ocho menos cuarto de la noche tomó puntos estratégicos como los estudios de Radiotelevisión Española o Radio Nacional de España. Lo hizo bajo el mando de Torres Rojas, sin embargo, la rápida vuelta del general de la división, José Yuste, quien estaba fuera de Madrid mientras se sucede el golpe de Estado del 23-F, paró las actividades del regimiento.
Las horas pasaban y la incertidumbre se apoderaba de todo el país, seguían sin saberse noticias de lo que sucedía en el interior del Congreso de los diputados y la poca información que se sabía se conocía a través de la radio.
A las doce menos veinte un nombre empezaba a sonar en todos los medios de comunicación, ese no era otro que el de Alfonso Armada, segundo jefe del Estado Mayor del Ejército español, quien se ofreció como solución ante el golpe de Estado del 23-F. Su plan no es otro que ir a Zarzuela para que el Rey Juan Carlos I le autorizase a ir al Congreso de los Diputados y ser proclamado presidente de un Gobierno de coalición nacional pero el secretario de la Casa Real, Sabino Fernández Campo, le prohibió ir a Zarzuela. No le impidió ir al Congreso y eso, es lo que hizo Armada a las doce menos diez. Allí le entregó a Tejero la lista del Gobierno que tenía pensado hacer pero este, observó en la lista nombres de socialistas y comunistas. Este hecho hizo que Tejero impidiese la proclamación de Armada como presidente.
El plan del 23-F se venía abajo. Finalmente, a la una y cuarto de la madrugada del 24 de febrero, el Rey hizo su aparición. Su mensaje de apoyo a la Constitución hizo que el general Milans del Bosch, un monárquico convencido, retirase sus tropas de Valencia. Tejero se quedaba en ese momento solo. Esta realidad no le hecho atrás y siguió reteniendo a los diputados hasta las 12 del mediodía del 24 de febrero.
Tras el golpe de Estado del 23-F la democracia había resistido y los tres principales responsables del Golpe de Estado, Alfonso Armada, Milans del Bosch y Antonio Tejero fueron condenados a 30 años de prisión.