Tal día como hoy, el 26 de noviembre de 1504, fallecía en la localidad castellana de Medina del Campo Isabel ‘la Católica’, la más grande Reina de la historia de España.
Hija de Juan II de Castilla y de Isabel de Portugal, Isabel ‘la Católica’ nunca estuvo llamada a reinar. Sin embargo, tras la muerte de su hermano el infante Alfonso de Castilla, su hermanastro, el Rey Enrique IV de Castilla, un monarca de carácter débil e indeciso, la nombra heredera al trono en el pacto de los Toros de Guisando ante las numerosas acusaciones de que su hija, Juana ‘la Beltraneja’, no era suya
Con el objetivo de consolidar su posición política, Isabel ‘la Católica’, aconsejada por sus consejeros, se casó en secreto con el Príncipe Fernando de Aragón. El enlace de los que, con el tiempo, serían conocidos como los Reyes Católicos, molestó tremendamente al Rey Enrique IV, quien desheredó a Isabel ‘la Católica’ en favor de su hija Juana
Aquella decisión de Enrique desencadenó a su muerte una sangrienta guerra civil entre los partidarios de Juana ‘la Beltraneja’ e Isabel ‘la Católica’. El triunfo se decantó a favor de Isabel ‘la Católica’ en 1476 tras la batalla de Toro. A pesar de ello, los combates se sucedieron en la frontera portuguesa hasta 1479, año en que Portugal reconoció finalmente a Isabel como Reina de Castilla.
Precisamente, en 1479, Fernando accedió al trono de Aragón. Aquello supuso la consiguiente unión dinástica, que no territorial, de los Reinos de Castilla y Aragón. Unión que sentaría las bases de la actual España.
El reinado de Isabel ‘la Católica’ pasó a la historia por el afianzamiento y la expansión del poder real, el estímulo de la economía, el fin de la reconquista con la toma de Granada y el fortalecimiento de la fe católica.