Tal día como hoy, el 30 de noviembre de 1803, zarpaba del puerto de La Coruña, con el beneplácito del Rey Carlos IV y a bordo de la nave María Pita, la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna, también conocida como Expedición Balmis, la primera gran operación de salud pública de la humanidad, una expedición que logró llevar la vacuna de la viruela a toda Hispanoamérica y Filipinas.
La viruela era la principal causa de muerte en aquella época. Solo en Europa, esta enfermedad había acabado con la vida de más de 60 millones de personas en el S. XVIII.
La forma de contrarrestar la viruela la había descubierto en 1798 un médico rural inglés llamado Edward Jenner. Lo hizo al observar que las vacas eran totalmente inmunes. Solo cinco años después, en noviembre de 1803, el Rey Carlos IV, quien había perdido a una de sus hijas por culpa de esta enfermedad, lanzó la que está considerada como la primera gran operación de salud pública de la humanidad, la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna, también conocida como Expedición Balmis, expedición que consiguió llevar la vacuna de la viruela a América y Asia.
La expedición fue dirigida por el médico de la Corte española, Francisco Javier Balmis, quien, con la ayuda de su colega José Salvany y de la enfermera Isabel Zendal, logró la proeza de mantener la vacuna activa durante viajes transoceánicos. Para ello, inoculó a 22 niños huérfanos gallegos con el virus, niños que actuaron como una especie de vacunas móviles.
A su llegada a América, para propagar la vacuna de una forma más rápida, la expedición se dividió en dos grupos. Balmis viajó por Venezuela, Cuba, México, Filipinas y, pese a no estar en los planes iniciales, Macao y China. Por su parte, su segundo, José Salvany, vacunó en Panamá, Colombia, Ecuador, Perú, Chile y Bolivia.
La Real Expedición Filantrópica de la Vacuna duró tres largos años. Consiguió salvar millones de vidas y no solo eso, también estableció una red de salud pública que recibió el nombre de Juntas de Vacunas.