¿Cuál es el origen de la Lotería de Navidad? Alguna vez te lo habías preguntado. Lo creas o no, el origen de este sorteo se remonta a principios del S. XIX, concretamente a la Guerra de Independencia española.
A principios del S. XIX Europa vivía una inestabilidad sin precedentes en donde la Francia de Napoleón Bonaparte ganaba cada vez más y más influencia. Tal eran sus ganas por derrotar a su gran enemigo, Gran Bretaña, que el emperador francés fijó su vista en Portugal, tradicional aliado británico.
Para acabar con el reino luso, Napoleón selló con el secretario de Estado de España y mano derecha del rey Carlos IV, Manuel Godoy, un suculento acuerdo, el tratado de Fontainebleau. El pacto, que fue firmado el 27 de octubre de 1807, estipulaba que España y Francia invadirían de forma conjunta el Reino de Portugal y, una vez conquistado el país luso, este quedaría dividido en tres zonas: el norte sería entregado al antiguo rey de Etruria, Carlos Luis de Parma, en compensación por sus territorios italianos cedidos a Napoleón; el centro se reservaría para un posible trueque con los británicos por Gibraltar y la isla de Trinidad; y el sur pasaría a manos de Manuel Godoy y su familia con la denominación de Principado de los Algarves. Por su parte, el reparto de las colonias portuguesas de ultramar se establecería en un nuevo acuerdo.
España y Francia atacaron Portugal de forma conjunta. Lo hicieron en más de una ocasión, aunque todos sus intentos fueron en vano. Al no poder invadir Portugal, Napoleón no respetó el acuerdo y, bajo el pretexto de reforzar al ejército franco-español que estaba combatiendo a los portugueses, envió una gran cantidad de refuerzos a España que en febrero de 1808 tomaron todas las ciudades que encontraron a su paso. La guerra contra el invasor francés había comenzado.
El 2 de mayo de 1808 el pueblo se alzó en armas contra el invasor francés y se convenció de que podía vencer a las tropas de Napoleón. El país, descabezado ante la ausencia del rey Carlos IV y de su hijo Fernando VII, se organizó en Juntas provinciales y estas a su vez en una Junta Suprema Central que fue capaz de reunir a un ejército con el que poder combatir al enemigo.
A pesar de la fiera resistencia española, las tropas napoleónicas consiguieron conquistar todo el país, todo a excepción de Cádiz. Desde allí, la Junta Suprema Central organizó la resistencia hasta que en 1810 esta se disolvió en favor de un Consejo de Regencia que organizó las Cortes de Cádiz.
El Consejo de Regencia estaba formado por cinco personas. Una de ellas era el ministro del Consejo y Cámara de Indias, Ciriaco González, la persona a la que se le ocurrió poner en marcha en el año 1812 la Lotería de Navidad. Todo ello, con el propósito de “aumentar los ingresos del erario público” y poder sufragar así los gastos militares de una guerra que se desarrolló durante un periodo de hambruna y grave crisis económica.
Así, para hacer frente a los gastos del ejército, el 18 de diciembre de 1812, los números de la Lotería de Navidad repartieron por primera vez felicidad entre los españoles. Aquel sorteo se celebró en la única ciudad española que había conseguido resistir la invasión francesa, Cádiz, aunque no recibió el nombre con el que lo conocemos hoy en día, sino que fue llamado la Lotería Moderna, denominación que adquirió para diferenciarse del sorteo que cincuenta años antes había instaurado el marqués de Esquilache durante el reinado de Carlos III, la Lotería de los números, el antecedente de la actual primitiva.
Los boletos de aquel primer sorteo de la Lotería de Navidad tenían un valor de 40 reales, mientras que el ganador del primer premio gordo, otorgado al número 03604, obtuvo un total de 8.000 pesos duros.
A medida que los franceses perdían terreno durante la Guerra de Independencia, el sorteo de la Lotería de Navidad lo iba ganando. Esta se fue expandiendo a lo largo de toda Andalucía y, una vez acabada la Guerra de Independencia, en 1814, consiguió llegar hasta Madrid. Sin embargo, no fue hasta el año 1839 que comenzó a celebrarse de forma regular.
A pesar de todo, tuvieron que pasar otros 53 años para que el juego recibiese el nombre con el que lo conocemos hoy en día, el de Sorteo de la Lotería de Navidad, una denominación que se oficializó apareciendo impreso en los boletos, boletos que no dejaron de venderse incluso durante la Guerra Civil, conflicto que dividió a España en dos y que recuperó el propósito por el que la Lotería de Navidad había sido creada, el de sufragar los gastos del ejército durante un conflicto armado.
Tan hondo había calado la Lotería de Navidad en la sociedad que tanto la España sublevada como la España republicana llevaron a cabo sus propios sorteos de Navidad. Los republicanos lo celebraron en 1936 en la ciudad de Valencia ante el imparable avance de las tropas franquistas hacia la ciudad de Madrid y, al año siguiente, trasladaron la sede al Café Lyon D’Or de Barcelona. La ciudad condal también albergó el sorteo en 1938, cuyo primer premio fue el 22655, año en el que también se celebró en la ciudad de Burgos, donde el gordo fue a parar al número 36758.
La guerra fue el único momento en el que se rompió la tradición de que los niños de San Ildefonso, colegio creado en el siglo XV como institución para encargarse de los menores abandonados y huérfanos, cantaran los premios, tradición importada de Nápoles por el monarca Carlos III que se remonta al 9 de marzo de 1771 durante la celebración de la llamada Lotería de los números, el antecedente de la actual primitiva. Se desconoce el motivo por el que estos niños fueron elegidos pero, al principio, el hecho de cantar la lotería era una forma de conseguir financiación para el colegio.
Pese a estar presentes desde los orígenes del sorteo, no se escucharon voces femeninas hasta 1983 cantando los premios de la Lotería de Navidad, un sorteo de más de 200 años de historia que cada mes de diciembre sigue acompañando a los hogares españoles y, por supuesto, repartiendo felicidad.
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