¿Por qué Gibraltar no es español?
La respuesta a esta pregunta la encontramos a principios del S. XVIII
¿Por qué Gibraltar no es español? Esta es una pregunta que muchos españoles se hacen a día de hoy. Su respuesta, en cambio, la encontramos a principios del S. XVIII.
¿CÚANDO Y CÓMO ESPAÑA PERDIÓ GIBRALTAR?
España entra en el S. XVIII con un grave problema sucesorio. El Rey Carlos II ‘el Hechizado’ fallece sin descendencia el 1 de noviembre de 1700. Lo hace dejando como heredero a un joven Felipe de Anjou, segundo hijo del gran delfín Luis de Francia y nieto de Luis XIV, el Rey sol.
La decisión del último de los Austrias de entregar los Reinos hispánicos al nieto de su hermana María Teresa de Austria no es vista con buenos ojos en el viejo continente. El miedo de muchas potencias europeas a una unión dinástica entre Francia y España les lleva a presentar a un nuevo candidato al trono español. Este no es otro que el sobrino del ya fallecido Rey Carlos II, el archiduque Carlos de Austria. Su aspiración de ceñir la Corona española provoca un enfrentamiento armado que pasaría a la historia como la Guerra de Sucesión Española.
Durante este conflicto, Inglaterra apoya las pretensiones del archiduque Carlos de Austria. Lo hace atacando en su nombre uno de los más importantes puntos estratégicos de España, Gibraltar.
El ataque a este pequeño territorio que protege la entrada al Mediterráneo se produce en agosto de 1704 cuando una escuadra anglo-neerlandesa compuesta por 10.000 hombres y 1500 cañones arriba en la costa española. A su mando se encuentran el almirante Rooke y el Príncipe de Hese-Darmstadt.
Las tropas enemigas exigieron la entrega incondicional de la zona al archiduque Carlos de Austria, sin embargo, el gobernador militar de Gibraltar, Diego de Salinas, se mostró fiel al Rey Felipe V. Ante la negativa de los defensores de Gibraltar, el ejército anglo-neerlandés atacó la plaza la madrugada del 4 de agosto de 1704.
Los 80 soldados y 300 milicianos que defendían Gibraltar resistieron el bombardeo enemigo durante horas. Ante la heroica resistencia española, varios marinos ingleses tomaron como rehenes a mujeres y niños. Lo hicieron para obligar a capitular a los defensores de Gibraltar. Esta artimaña permitió a los atacantes salirse con la suya.
Los defensores capitularon para evitar la muerte de cientos de inocentes. Tras la rendición, el ejército anglo-neerlandés garantizó tanto la evacuación de todos los militares y civiles que deseasen abandonar Gibraltar como el respeto de los derechos y libertades de aquellos que decidieran permanecer en la plaza. El enemigo incumplió su palabra ya que los saqueos y profanaciones por parte de los soldados ingleses y neerlandeses se sucedieron en los siguientes días. Esta realidad hizo que para el día 6 de agosto de 1704 tan solo permaneciesen 47 habitantes en el peñón de Gibraltar, de los cuales 12 eran españoles.
LOS INTENTOS DE ESPAÑA DE RECONQUISTAR DE GIBRALTAR
Los intentos de reconquista de Gibraltar no tardaron en llegar. Dos meses después, en octubre de 1704, las tropas de Felipe V sitiaron Gibraltar. El asedio duró hasta marzo de 1705 pero el resultado no fue el esperado. Las tropas inglesas lograron resistir. La noticia del asedio a Gibraltar no sentó nada bien en Londres. Tanto fue así que la Reina Ana de Inglaterra tomó para sí la plaza, arrebatando Gibraltar a su protegido, el archiduque Carlos de Austria, sin ningún consentimiento.
La reacción inglesa ante el ataque español a Gibraltar no quedó ahí. En octubre de 1705 la Reina Ana de Inglaterra dio orden de expulsar de la plaza a la poca población civil que allí quedaba. En 1706 proclamó a Gibraltar como puerto franco inglés. En 1707 nombró al general Roger Elliott como gobernador de Gibraltar y finalmente, en 1711, expulsó a todas las tropas extranjeras de la zona, quedando únicamente a cargo de Gibraltar soldados de la Corona inglesa.
La invasión británica de Gibraltar se formalizó el 13 de julio de 1713 mediante la firma del Tratado de Utrecht. Acuerdo en el cual Inglaterra reconoció a Felipe V como Rey de España a cambio de Gibraltar, Menorca, el derecho limitado a comerciar con las Indias españolas y el permiso para comerciar con esclavos en las Indias.
Las tensiones entre Inglaterra y España por Gibraltar volvieron a producirse al poco tiempo. El motivo no fue otro que el incumplimiento de las condiciones del Tratado de Utrecht por parte de los británicos al traficar con diversos tipos de mercancías obviando que España, a pesar de ceder Gibraltar en propiedad, seguía conservando la soberanía sobre este territorio.
En 1724 los ingleses fueron más allá al ocupar la zona del Molino y la Torre del Diablo. Sin embargo, lo que desencadenó un nuevo enfrentamiento armado entre ambas potencias fue la expulsión del último español de Gibraltar, el párroco José López de la Peña. De esta forma se sucedió la Guerra anglo-española de 1727, conflicto en el que los españoles sitiaron nuevamente Gibraltar.
La guerra terminó en 1729 sin que los españoles pudiesen recuperar la plaza. España e Inglaterra acordaron que el istmo del Peñón se constituyese como zona neutral en la que no hubiese presencia de ninguno de los dos países, una zona que estaría formada por los territorios que los británicos habían ocupado en los últimos años. Inglaterra incumplió nuevamente el pacto. Ante esta actitud, el Rey Felipe V mandó construir una línea de fortificaciones tras su parte de zona neutral para impedir el avance inglés.
No sería la última vez que España intentase reconquistar Gibraltar. El tercer y último intento tuvo lugar entre los años 1779 y 1783. Es el llamado Gran Asedio, la campaña militar más importante que el ejército español ha realizado en la zona hasta la fecha. El sitio puso contra las cuerdas a los británicos que defendían Gibraltar. No obstante, la plaza, contra pronóstico, logró aguantar. Los ingleses confirmaron así, de forma definitiva, la posesión británica de Gibraltar.