Tal día como hoy, el 17 de enero de 1600, nacía en la villa de Madrid Pedro Calderón de la Barca, el poeta soldado de los Tercios españoles.
Pedro Calderón de la Barca era hijo de un alto funcionario de la Corte que ocupaba el cargo de secretario de Hacienda Real. Su predecesor quiso darle una esmerada educación, por ello Pedro Calderón de la Barca empezó a ir al colegio a los 5 años.
Después de destacar en los estudios básicos, su padre le destinó a ocupar la capellanía de la familia. Con este fin, Calderón de la Barca ingresó en el Colegio Imperial de los Jesuitas de Madrid para estudiar gramática, latín, griego y teología. Su formación continuó con los estudios de lógica y retórica en la Universidad de Alcalá de Henares y, más tarde, al fallecer su padre, se graduó en derecho canónico y civil en la Universidad de Salamanca.
Tras concluir sus estudios, Pedro Calderón de la Barca no cumplió con el designio de su padre al no ordenarse como sacerdote. Este prefirió entregarse a las calles de Madrid, calles en las que se vio envuelto en diversas rencillas que le forzaron a enrolarse en los Tercios españoles.
El poeta, que ya había estrenado su primera comedia, ‘Amor, honor y poder’, fue enviado a Flandes bajo el servicio del duque de Frías y del comandante genovés Ambrosio Spínola. Es muy posible que estuviera entre los soldados de los Tercios españoles que asediaron con éxito la ciudad de Breda en el año 1625 o al menos que participaran en alguna de sus fases.
A su vuelta de Flandes, Pedro Calderón de la Barca retomó su papel de granuja madrileño metiéndose continuamente en líos. Uno de los más conocidos ocurrió con un comediante al que persiguió, espada en mano, hasta el convento de las Trinitarias, lugar santo en el que se encontraba la hija de Lope de de Vega. Este hecho le granjeó una enemistad de por vida con el llamado ‘Fénix de los ingenios’.
Mientras la obra de su enemigo Lope de Vega se apagaba, Pedro Calderón de la Barca se convirtió en el favorito delRey Felipe IV. El aprecio del monarca por el poeta soldado se plasmó en su nombramiento como caballero de la Orden de Santiago en 1636. Por pertenecer a esta orden se sintió en la obligación de coger nuevamente las armas y defender los intereses del Reino tanto en el sitio francés de Fuenterrabía como en la sublevación de Cataluña, conflicto este último en el que falleció uno de sus hermanos. Su muerte sumió al poeta soldado de los Tercios españoles en una profunda depresión que le llevó a ingresar en la Tercera Orden de San Francisco y, más tarde, en el año 1651, a ordenarse sacerdote. De esta forma obtuvo la capellanía que su padre tanto ansiaba para la familia, la capellanía de los Reyes Nuevos de Toledo.
Pedro Calderón de la Barca renunció en esta etapa de su vida a escribir comedias. Lo hizo para dar prioridad a la composición de autos sacramentales, género teatral que perfeccionó y llevó a la máxima plenitud hasta el fin de sus días.